Solo un pensamiento...


Las palabras dichas son llevadas por el viento y olvidadas la mayoría de las veces, pero las escritas no conocen de tiempo, son perennes. En honor a ellas; algunos de mis trabajos. 





viernes, 8 de julio de 2011

La última entrevista del "Mocho" Sanoja


61 años cumplen las máscaras del “Mocho” Sanoja

En 2009 tuve la oportunidad de entrevistar a quien fungió durante 45 años como Segundo Capataz de la cofradía de los Diablos de Yare. El "Mocho" Sanoja  falleció en marzo de 2010, acá la entrevista que le realicé el 08-06-2009 para el diario El Nacional.

Daniel Murolo 
El Nacional
Las calles de Yare se cubren hoy de rojo. Cerca de dos mil promeseros, portando mascaras y tambores danzarán por esta población mirandina celebrando los 260 aniversario de la Cofradía del Santísimo Sacramento de los Diablos Danzantes. 

Pero no es posible hablar de esta festividades y sus vistosas máscaras sin referirse a Manuel Sanoja, quien en su casa-taller, ubicada a un costado del monumento en honor a la tradición de Corpus Christi, en el municipio Simón Bolívar, ha dedicado toda su vida a elaborar las coloridas caretas para la cofradía religiosa de esta localidad tuyera, trabajo que ha trascendido las fronteras del país para convertirse en un símbolo de la identidad venezolana.

Manuel Sanoja, conocido popularmente como "El Mocho", heredó de su padre el oficio de artesano de las máscaras de los diablos danzantes y a la vez legó esta labor al mayor de sus hijos, José Manuel, quien actualmente dirige el taller familiar "Artesanía El Mocho", empresa donde tiene participación el resto de la familia y otras personas de la comunidad yarense.

Es precisamente al "El Mocho" a quien se atribuye el diseño de las actuales máscaras de los diablos danzantes, pues fue él quien introdujo importantes variaciones en el modelo tradicional, tal como el empleo de colores diferentes y formas zoomórficas, alusivas a animales como cochino, vaca o gato.

"Mi papá me enseñó a elaborarlas cuando tenía 10 años; al principio eran sencillas y fui yo quien introduje innovaciones, contando con la aprobación del capataz que me inició en la danza, Amador Díaz. Recuerdo la primera multicolor que elaboré, Díaz también quiso una igual. Hoy toda la diablada las utiliza así", manifestó con sencillez Manuel Sanoja, quien por problemas de salud dejó hace tiempo de fabricarlas. 

Máscaras, maracas, pequeños figurines de diablos danzantes, prendedores y objetos alusivos a esta centenaria tradición han sido elaborados, por más de 50 años, por Artesanía El Mocho, que atiende a más de 10 casas de artesanías en diversas partes de Venezuela y el mundo. Calcula que hasta la fecha ha elaborado más de dos mil unidades.

A Manuel Sanoja la labor realizada hoy lo llena de orgullo, especialmente por la proyección internacional que el mismo tiene en el extranjero, como ícono del folclor nacional.

"Hasta en el Miss Mundo han estado presentes mis máscaras, pues en 1984, cuando Astrid Carolina Herrera ganó, usó una como complemento de su traje típico", cuenta.  Acreedor de múltiples reconocimientos, todos enmarcados y exhibidos en su hogar, acompañados de máscaras de diversos tamaños y colores, uno ocupa un sitial de honor: un diploma que le envió desde Ciudad del Vaticano el Papa Juan Pablo II en el año 2000, con motivo del Gran Jubileo.

A la par del trabajo que desarrolló durante 5 décadas como artesano, Sanoja posee una larga trayectoria como promesero de la Cofradía del Santísimo Sacramento, tiempo en el que ha sido varias veces encargado como Primer Capataz de la danza, máxima jerarquía en la diablada. Desde hace 20 años es Segundo Capataz.

Aunque se encuentra en cama, debido a las dolencias que lo aquejan, Sanoja, de 71 años de edad, asegura que hoy jueves saldrá a danzar. “Debo pagar promesa de por vida, no puedo quedarme acostado un día tan importante”, reseña. 

Nació en San Francisco de Yare el 1 de enero de 1937. Casado con Juana Antonia Azuaje, tiene 5 hijos y 12 nietos. “Mi hijo es el que hoy se encarga de elaborar las máscaras y enseñar a las nuevas generaciones. Muchos de mis nietos ya se están interesando en aprender”. 

Y es justamente José Manuel, el único hijo varón del “Mocho”, quien se encargó de construir a base de hierro y fibra de vidrio la inmensa figura que hoy jueves será inaugurada en la entrada del pueblo. 

“Llevó tres meses construir la máscara que será desde ahora símbolo de nuestra población”, agregó Saúl Yánez, alcalde del municipio Simón Bolívar. La escultura tiene una altura de 4.3 metros y un ancho que supera los 3 metros. Está acompañada de un mandador -caja o tambor- y una maraca de igual dimensión. 
Yánez, yerno de “el Mocho” Sanoja, es el primer  promesero de Yare que logra ser alcalde. “Tengo doble compromiso este año, no sólo debo estar presente como máxima autoridad del municipio, sino cumplir con mi promesa y danzar por las calles del pueblo”. 

Para esta celebración, no sólo serán inauguradas el conjunto de estructuras a la entrada de Yare, sino que los diablos estrenarán un espacio más grande -1200 metros cuadrados- frente a la Iglesia, donde podrán concentrarse con mayor comodidad. 

“La ceremonia será transmitida a través de pantallas gigantes que serán ubicadas en la plaza y por primera vez en la historia efectivos de la Guardia Nacional acompañarán la procesión con un altar propio”, narró. 
Dos helicópteros sobrevolarán Yare y custodiarán desde el cielo la multitudinaria celebración, a los que se le sumaran 492 funcionarios, entre civiles y militares procedentes de todas las alcaldías de los Valles del Tuy, participaran en el evento. 

Diabólica discriminación. Las mujeres no pueden llevar máscaras ni bailar, salvo que pidan permiso a un capataz para hacerlo dentro de alguna de las casas. Sólo llevan un pañuelo rojo a la cabeza.

Sin embargo la persona con más autoridad, por antigüedad, es doña Petra González, a quien las guías turísticas identifican como "patrimonio cultural viviente". Es la "abuelita" de un pueblo bastante longevo.

Quizá sea la fe, la magia, o el calor de Yare, que ayuda a purificarlo todo. El hecho es que al final de la tarde del cuarto día de la semana luego del jueves santo el bien triunfa sobre el mal. Los diablos se postran ante el Santísimo, hasta el año que viene.
Fotos: Gobernación de Miranda 



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