"La sátira defiende al más débil y el débil nunca está en el poder”
Daniel MuroloRevista española EnterateAquí
La gente siempre cree que es un señor muy inteligente. En la escuela de comunicación social de la Universidad Central de Venezuela trazó su linea de pensamiento existencial. Sus allegados la describen como: sensible, comprometida y sarcástica; y es que utiliza el ingenio como analgésico para contrarrestar los males del mundo contemporáneo. Ella es Rayma Suprani, la encargada de darle forma diariamente a la mancheta de El Universal, es quien acompaña el Editorial, quien hace humor de lo cotidiano.
Asegura que sus primeros trazos los marcó en las paredes de la barriga de su madre. “Periodista por formación y caricaturista por vocación” Rayma, una de las más talentosas del país, cree que opinar y ejercer la libertad en Venezuela “se ha vuelto para personas muy valientes que no temen perder sus derechos ciudadanos”.
Aunque su proceso creativo está activo las veinticuatro horas del día, admite que al momento de dibujar recurre al cofre mental y al viejo baúl emocional y “entre archivo y archivo”, logra dibujar conceptos que se transforman en formas. “Ademas siempre me visita alguna musa”.
¿En qué momento y cómo la vida le mostró que lo suyo era la caricatura?
- Porque en el inventario de dones me sentía con talento, si hubiera estudiado música seria un desastre.
¿Cómo se enamoró de los dibujos y cómo logró fusionar estos con el humor?
- Siempre el dibujo ha sido mi principal medio de expresión, hacer lo que a uno le gusta, enamora y te enamora del trabajo, de adentrarte en lo que haces e incursionar en la disciplina del trazo. El humor, no se, creo que lo herede de mi madre.
En un país polarizado, donde te aman o te odian, donde no hay medias tintas y donde la intolerancia es lo que se aprende, ¿has sido víctima de algún ataque por parte de quienes no toleran la sátira de tus caricaturas?
- Aquí -Venezuela- el castigo gubernamental es diverso, simplemente te mandan al cobrador de impuestos o públicamente el Presidente te insulta en su programa dominical de televisión, como en el caso ocurrido al caricaturista Pedro León Zapata.
Roberto Weil, en una entrevista publicada recientemente en esta revista digital, admitió que no dibuja el rostro del Presidente Chávez por miedo a ir preso, ¿crees que el gobierno ha logrado que los comunicadores sociales comiencen a autocensurarse? ¿cómo no tener miedo ante tanto poder?
- El miedo es libre. El trabajo de prensa y sobre todo las paginas de opinión se han vuelto para seres valientes y eso no me gusta, yo no estudie en una universidad para graduarme de valiente, sino para comunicar y abrir espacios de discusión de las ideas... Parece que la orden es plegarse a lo que diga un gobierno autoritario y eso no es libertar de pensamiento.
¿Cuáles son los problemas del humorismo en los medios, ahora que se imponen marcos legales que restringen la opinión?
- Hay un producto llamado “miedo” en la calle, y cada cual lo compra o no. Todavía en Venezuela hay libertad de expresión, de lo contrario no estuviéramos siquiera haciendo esta entrevista. Pero es preocupante que el miedo se esté imponiendo.
Para Rayma existe una manera enmascarada de decirle a la gente que el libre pensamiento puede tener consecuencias. “Eso hace que muchos se autocensuren. El compromiso de nosotros como periodistas y en el caso específico de mi rama, el humorismo gráfico, es mantenerse en el otro lado de la acera del poder y ser crítico a todo lo que ese poder genera. Si el trabajo de los caricaturistas se adhiere a un proyecto político, pierde toda credibilidad. La sátira defiende al más débil y el débil nunca está en el poder”.
Comenta que siempre le ha llamado la atención cuando le dicen “oye, tú sí eres valiente”. Lo que evidencia que sí existe temor en la población. Defiende la teoría de que no puede existir un pensamiento único, porque eso sería fatal, “y hemos visto históricamente que cuando se ha intentado plantar por el poder un pensamiento único, los poderes terminan mucho más arruinados y carentes de pensamientos y de la pluralidad de las ideas”.
Para poder plasmar diariamente la vida de un país en papel, hay que estar al tanto de lo que ocurre segundo a segundo, ¿un caricaturista es un esclavo del medio para el que trabaja? ¿tienes vacaciones?
- No necesariamente, a veces para descodificar una sociedad y lo que allí acontece, sólo tienes que respirarla y salir a sentir el latir de sus calles. Un comunicador es dueño de lo que piensa y esclavo de lo que dice, así pasamos los días y las páginas diarias.
- Vacaciones?... claro... mientras mas lejos son siempre mejores... y ademas sin CNN
Sarcásticamente asegura que lo que más extraña de la llamada cuarta república es el “vaso de leche escolar”, programa social implementado por los gobiernos venezolanos anteriores. En relación a la V República, es directa al señalar que “lo mejor es que todos los días podemos ver lo que no queremos ser. Lo peor, es el culto a la personalidad de un sólo hombre”.
¿Cómo describes al periodismo venezolano?
- La dinámica de vida en el trabajo periodístico es demasiado violenta, cambiante e inmediata, pero es un fenómeno universal. Siempre se está encaramado en la noticia y eso no permite hacer un análisis, pensar hacia dónde vamos. Pero, como comunicadores, esa
responsabilidad nos pertenece.
Has logrado captar la realidad de un país convulsionado a través de la caricatura ¿cómo crees que terminará todo esto?
- Un pesimista es un optimista bien informado... pero habrá que consultar los astros.
¿Cuando estas fuera del país cómo le explicas a los extranjeros lo que significa el socialismo del siglo XXI?
- Como militarismo del siglo XXI, así lo entienden.
¿Qué caricaturista venezolano admiras y por qué?
- Sin duda alguna Pedro León Zapata. Tiene 40 años publicando todos los días una caricatura que es el reflejo de este país y que nos hace reír mientras desayunamos. Ha sido un pilar fundamental en el periodismo contemporáneo.
Un mensaje para todos esos venezolanos que, huyendo del socialismo del siglo XXI se encuentran en España y otros país del mundo.
- Pues que agarren sus pateras que los estamos esperando.