Solo un pensamiento...


Las palabras dichas son llevadas por el viento y olvidadas la mayoría de las veces, pero las escritas no conocen de tiempo, son perennes. En honor a ellas; algunos de mis trabajos. 





jueves, 3 de febrero de 2011

Cuando el amor viaja a través de la red


“No sé si fue una atracción fatal 
o estaba escrito en el Corán” 



La historia de una maracucha que, gracias a Tagged, terminó casada con un árabe 22 años menor. 

Daniel Murolo
La Región 
“Puedo decir que mi esposo es un hombre de 23 años, no un pavito”, aclara orgullosa  Altagracia Matos, una zuliana de 45 años de edad a quien la vida le cambió en menos de tres meses, luego de crear un perfil en la red social Tagged. 

“Él -un joven residente en Túnez, país situado al norte de la costa mediterránea africana- hizo contacto conmigo el 25 de agosto de 2009, y el 30 de diciembre de ese mismo año nos estábamos casando en un registro de la ciudad de Maracaibo”. 

Aclara que nunca fue “cibernética ni tecnológia”, por el contrario siempre le huyó a las computadoras y al internet, “las pocas veces que navegaba era para buscar información de mi negocio -laboratorio clínico- en Google, no entendía a la gente cuando hablaba de facebook o twitter”, agrega entre risas.

En agosto de 2009, durante un encuentro de amigas “cuarentonas”, Altagracia recibe un consejo: abrirse un perfil en una de las redes sociales de moda en la súper autopista de la información. “Aunque al principio dudé, finalmente esa misma noche me armé de valor y lo hice, con ayuda de mi hermano quien me ayudó a montar mi foto”.

Cuatro días después, específicamente el 29 de agosto, Altagracia recibe la solicitud de amistad de un joven llamado Ahmed Aouni, “leí su perfil y me dije: este muchachito está como chevere”.

“Tuve que cambiar el español por el ingles; él no habla mi idioma y yo mucho menos árabe”, destacó, agregando que a los dos días del primer contacto, luego de verse a través de la webcam que compró para ese fin, Ahmed la sorprendió al decirle que era su novia. “Fue una atracción fatal o estaba escrito en el Corán”.

“Pero si yo puedo ser tu mamá”, recuerda que le respondió entre risas, admitiendo que durante los 15 días siguiente se sentía en las nubes, pese a lo que sus familiares y amigos le decían, “cuando me pidió matrimonio por la webcam y se lo comenté a mi gente, pocos creían que era en serio, me decían que Ahmed me estaba vacilando”. 

Durante los tres meses siguientes la pareja se mantuvo en contacto diariamente a través de internet, ella en Maracaibo y él en Túnez, planearon detalladamente lo que sería su primer encuentro, incluyendo el engorroso papeleo que amerita la traducción de los documentos del joven. 

- Comencé a ir a una estética, jamás en mi vida había pisado una. Mi hermano me decía que estaba loca, yo estaba como bloqueada, estaba feliz, sólo esperaba que llegara diciembre para verlo en persona. 

Ahmed voló 16 horas, con una escala en Alemania, para finalmente poder besar y tocar el 25 de diciembre a quien se convertiría en pocos días en su esposa. “Nuestra idea era casarnos en enero, pero cuando fuimos al registro quien nos atendió nos dijo que lo mejor que podíamos hacer era casarnos antes de que terminara el año, pues desconocían en qué fecha de enero llegaría el libro de registros de bodas de 2010”. 

En cinco días prepararon todo. El 30 de diciembre, ante la mirada incrédula de amigos, familiares y hasta del personal del registro civil de Maracaibo, Altagracia y Ahmed se dieron el “si” para dar inicio a una relación que hasta la fecha -asegura la flamante esposa- es “perfecta”. 

“La señora Matos de Aouni”
A siete meses de la boda Altagracia, quien continua viviendo en Maracaibo junto a Ahmed, asegura que lo más difícil al principio fue superar el “morbo” con que la gente la miraba por la diferencia de edad, “nos llevamos 22 años”. 

“Soy de fenotipo muy criollo, más maracucha que una mandoca, mientras que mi esposo es rubio, un modelo”, detalla orgullosa, tras aclarar que aunque en Venezuela mucha gente sigue viendo con “malos ojos” la unión de mujeres mayores con jóvenes o viceversa, en Túnez en natural. 

- Los abuelos de mi esposo se llevaban la misma cantidad de años que nosotros; uno de los mejores amigos de Ahmed que tiene 26 se acaba de casar con una mujer de 51 (...) en conclusión, son latoneros por excelencia. 

Sobre tener hijo, Altagracia admite que aunque en el pasado la idea no le agradaba mucho, “yo decía que era la reencarnación de Herodes”, ahora estudia la posibilidad de someterse a un tratamiento para quedar embarazada. 

- Ahme tiene un sentido de la familia muy amplio, está muy pendiente de su madre, de la gente que dejó en Túnez, sería un excelente padre (...) yo no cambio a mi árabe por nadie. 

Ilustración: Fernando Pinilla 

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